3.11.20

Elia Liut, primer piloto en cruzar los andes en Ecuador

Desde joven Elia Antonio Liut Giusti fue intrépido, inquieto y visionario. Debió lidiar con varios escollos para tratar de convertirse en piloto de guerra. 

Nacido en Italia, el 6 de marzo de 1894, Liut comenzó su  apego por la aviación cuando se enlistó  en 1914 en el ejército de su país al estallar la guerra. Dos años más tarde se recibió como piloto militar en la escuela de Aviación de San Giusto, en Pisa.


Años después, Liut contaría como anécdota que para poder seguir la instrucción como piloto debió falsificar la firma de su padre al llenar el formulario de permiso. Su progenitor no estaba de acuerdo en que siga esa profesión por los riesgos que tenía.

Como piloto militar, Liut estuvo asignado en el escuadrón N75. En sus primeros años realizó vuelos de prueba y luego de combate. A los  25 años, en 1919, Liut piloteó un Marchetti Vikers Terni con el que se le atribuye un récord de velocidad.

Ese año, el piloto conoció al cónsul de Ecuador en Italia,  Miguel Valverde. El piloto Cosme Rennella, quien fue su compañero, fue el nexo para ese encuentro. El diplomático propuso a Liut que viniera a Ecuador a establecer una escuela de aviación.



Sudamérica no era algo nuevo para Liut. En su niñez había estado una temporada en Argentina con uno de sus hermanos, con quien luego retornó a Italia.

A Liut le gustaba la idea de establecer escuelas de aviación por la región. Así que con ese estusiasmo adquirió un Macchi Harriot HDI, que posteriormente sería bautizado como el Telégrafo I.

Cuando todo se planificaba, el cónsul Valverde falleció en abril de 1920. Liut creyó que todo estaba arreglado en el país y continuó con los planes. Envió anticipadamente a un emisario a Quito para exponer la propuesta y arreglar el contrato con el Gobierno.

En Ecuador, las cosas no resultaron conforme lo previsto. El alto mando militar no estaba convencido de la utilidad de la aviación. La idea se desvanecía.

Liut había iniciado el viaje a Ecuador sin saber lo que ocurría. Adolfo Bossio, representante de Liut, pensó en un plan alternativo para proponer el proyecto al gobierno peruano. De Quito se trasladó a Guayaquil para tomar un barco que lo lleve a Callao, Perú.

Ya en Guayaquil, Bossio se encontró con un italiano, dueño de un restaurante, a quien le contó el epidosio sucedido en Quito.  Él lo puso en contacto con José Abel Castillo, un empresario dueño de diario El Telégrafo, que para entonces era el más grande de Guayaquil. 

Castillo patrocinó el proyecto de Liut, que arribó a Guayaquil en julio de 1920 con el Macchi Harriot HDI desarmado en cajas. 

Una vez armado el avión en los patios del colegio Cristóbal Colón,  Liut comenzó a realizar exhibiciones en la ciudad, en el Jockey Plaza, un hipódromo de esos años que estaba en el sur de Guayaquil.

Para las fiestas octubrinas, el nombre de Liut era notable en la ciudad, que tenía unos 100 000 habitantes.  Una comitiva que llegó de Cuenca ofreció al piloto que haga exhibiciones en esa ciudad, que estaba por celebrar su primer centenario el 3 de noviembre de 1920. La propuesta era llevar desarmado el avión a Cuenca.

Liut declinó esa opción y planteó la posibilidad de hacer el vuelo entre Guayaquil y Cuenca. Era la primera vez que un piloto iba a realizar ese trayecto por los andes ecuatorianos. El primer intento fue el 3 de noviembre, pero falló por las malas condiciones climáticas. 

Un día después se cumplió la hazaña. Liut cubrió la ruta a Cuenca, llevando una primera valija de correo, ejemplares de El Telégrafo y hojas volantes con un mensaje para los cuencanos. Elia Liut se convirtió en el primer piloto que cruzó los Andes. 

El aviador fue recibido con ovación en esa ciudad y su nombre quedó registrado en la historia. Los diarios de esa época, El Telégrafo y El Comercio desplegaron grandes titulares en sus portadas sobre el raid cumplido por el italiano. 





Posteriormente, el piloto efectuó exhibiciones en Riobamba, Quito.  Fererucio Guicciardi, otro aviador italiano, continuó con el periplo a Otavalo, Tulcán, Pasto y Cali. 

José Abel Castillo, quien había comprado el avión que trajo Liut, lo donó para la Escuela de Aviación que abrió el 12 de junio de 1921. Liut se convirtió en director, aunque posteriormente renunció al cargo. 

Liut se afiancó en la capital tras contraer matrimonio con la quiteña Carmela Angulo. Retirado de la avión, Liut se dedicó a la actividad agrícola.

La última vez que Liut piloteó un avión fue en 1952. Sobrevoló tres veces Guayaquil en una nave Pipper. Ese mismo año murió de un infarto. 



Fotos: IILA 
@iila_org

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