27.4.24

Los reembolsos no llegan para los pasajeros de Tame a cuatro años de su cierre

Cuatro años después del cese de operaciones  de Tame, su cierre total aún está pendiente.  La empresa aérea, que comenzó a operar en diciembre del 1962, aún no ha sido liquidada y arrastra deudas con empresas y los pasajeros que se quedaron con boletos comprados.

Tame, que volaba a 11 destinos, dejó de operar en mayo del 2020  durante el gobierno del entonces presidente Lenín Moreno.


De manera inesperada, los vuelos se suspendieron, dejando varados a pasajeros en destinos y con ganas de volar a otros miles que tenían tiquetes comprados.


Las deudas que arrastraba la aerolínea desde hace algunos años complicaban sus finanzas y la pandemia fue la estocada final para dejar sus aviones en tierra. 

A Tame se la decidió llevar a liquidación, un proceso que aún no se concluye a pesar de que han pasado ya tres gobiernos: Lenín Moreno, Guillermo Lasso y Daniel Noboa.

Las deudas han sido tan fuertes que la venta de sus bienes no alcanzan para cubrirlas. El déficit de la aerolínea supera los $ 300 millones y los activos no logran cubrirlo, pues apenas se calcula que ascienden a $ 14 millones. 

Dentro de ese tormentoso cierre, los pasajeros han sido los mayores perjudicados, pues han estado casi cuatro años peregrinando por los reembolsos sin que la  devolución se concrete. 


Hilda Cajas, vocera  de un grupo de perjudicados, cuenta  que los pasajeros solo tienen certificados que se emitieron para reclamar los valores, pero nadie ha podido obtener la devolución.

Se estima que unos 700 se quedaron con pasajes comprados. Allí están personas naturales, empresas y agencias de viajes.

Durante este tiempo, los perjudicados se agruparon en dos chat de WhatsApp para tratar de estar pendientes de avances. Unos se cansaron de la espera y otros siguen en la lucha esperando que llegue la devolución.

Cajas dice que hay personas que han sufrido este tiempo, asumiendo las deudas que contrajeron con las tarjetas de crédito con las que pagaron pasajes. Otros compraron en efectivo y hasta se quedaron varados en destinos porque la aerolínea dejó de volar y tuvieron que buscar otras alternativas para regresar.

En los chats, en redes sociales, hay personas que dicen haber sido perjudicados con montos que superan los 1.000  dólares porque compraron para viajes en grupos familiares.

Los perjudicados están siendo representados por un abogado, pero no se han logrado avances que permitan fijar una fecha para las devoluciones. El abogado cobraría un porcentaje de lo que se logre recuperar de los boletos.

Dentro del orden de prelación, los pasajeros no han estado entre los primeros para la devolución de los reembolsos, razón por la que nadie ha cobrado.

Tame dejó deudas con empresas que no han podido ser cubiertas y no todos los bienes que tenían han podido venderse en los procesos convocados.

A diciembre del 2023, de los ocho aviones que tenía la empresa, seis se vendieron y dos Embraer  no lograban  vender porque sus motores no funcionaban. 

Hasta ese mes se conocía que la fase de liquidación no llegaba ni al 50 % por las deudas, escasez de recursos, problemas para vender activos y trabas administrativas.

Cajas lamenta que a los pasajeros se los haya dejado en el aire, sin que nadie sea capaz de responder por valores que la aerolínea cobró.

Dice que no están dispuestos a que el Estado se quede con esos valores, que están alistando seguir en la lucha para que se los escuche.
 
Así, la aerolínea de bandera ecuatoriana, que en sus años de historia  movilizó más de  50  millones de pasajeros, con casi 630.000 horas de vuelo y 311.008 millones de kilómetros recorridos, sigue peregrinando por recursos para cerrar su capítulo definitivo. 



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