Un ambiente marino recibe al huésped. A un costado del lobby hay una pequeña canoa, donde pueden entrar dos personas y fotografiarse.
Es solo uno de los elementos que ha incorporado el lobby del hotel Ibis Styles Guayaquil, que abrió a finales de junio en el centro de Guayaquil.
El establecimiento, ubicado frente al malecón de Guayaquil, está inspirado en la vida náutica. Un bar ubicado a un costado del lobby tiene elementos que reflejan ese estilo.
Su torre de un color verde oscuro posee 14 pisos, que albergan 203 habitaciones. La propiedad abrió con tarifas desde unos 80 dólares. La mejor tarifa la conseguimos directamente en el establecimiento. Por buscadores, la tarifa es mayor, al menos, para los días que buscamos.
Posee habitaciones sencillas y dobles, que también tienen diseños inspirados en esa historia ligada al río que tuvo la ciudad el siglo pasado, donde su malecón era sitio de atracadero de cargas. Entre más alto sea el piso puede que la vista mejore hacia el río, el malecón.
Cada habitación tiene cuadros del Guayaquil de antaño y predomina el tono blanco, celeste y azul para darle un toque marinero. El techo tiene una particularidad: es negro, parecido a un ambiente industrial, donde se ve el tubo rojo por donde pasa el agua para emergencias. Algo raro para un establecimiento hotelero.
Las habitaciones no son muy grandes, pero poseen lo elemental para una estadía cómoda. Tienen un televisor de unas 32 pulgadas adherido a la pared, un armario abierto, la pequeña caja fuerte y un escritorio sencillo.
Los cuartos que tienen vista al malecón permiten, según el piso, ver parte del río y la avenida Simón Bolívar. Estas habitaciones tienen ventanales cuadrados. No se abren a plenitud, pero tienen un ángulo que permite que entre aire natural. Del lado del malecón algo penetra el ruido de los carros, pero es tolerable.
Como se trata de un hotel de turista, no hay habitaciones acondicionadas para que una pareja llegue con dos o tres niños. Deberá contratar una adicional para este fin.
Los baños tienen una ducha con el metraje que se ajusta para este tipo de hoteles, que apunta a turistas que buscan tener servicios básicos, sin lujos, a buen precio.
El baño tiene una secadora, un espejo redondo que se alumbra en su alrededor. Como en otros hoteles de esta cadena, el jabón y shampoo no son individuales, están colocados en dispensadores adheridos a los azulejos.
Dentro de la tarifa del hotel Ibis Styles Guayaquil se incluye el desayuno. Este se sirve en un restaurante que queda en el segundo piso, con mesas y sillas que dan al malecón. Es un plus. Desde cualquier mesa se puede tener vista hacia la parte del malecón por los grandes vitrales que permiten aquello.
Hay un servicio buffet en el desayuno que se brinda hasta las 10:00. Tiene jugos costeños, huevos, panes, embutidos y ciertas opciones de platillos típicos como fritada (el día que estuvimos). Tal vez faltaría incorporar alguna variedad de cebiches o encebollado, que es más local, ligado a la ciudad.
La tarifa del Ibis Styles Guayaquil
La tarifa de arranque es aceptable para la ubicación y los servicios que posee el hotel. Tiene un ginmasio en su oferta, pero no piscina.
El hotel está en el ala norte del malecón, a pocas calles de la avenida 9 de Octubre. La desventaja que tiene es que la zona céntrica aún carece de una vida noctura activa de lunes a viernes.
La zona que rodea al hotel es bancaria, comercial y cuando cae la noche es complejo andar solo por las calles que rodean el alojamiento. La ciudad se apaga a las 19:00, y por ende, su vida nocturna es limitada.
Por las mañanas, en cambio, el ambiente es más seguro. El fin de semana que estuvimos, la calle Panamá estaba movida, con su oferta gastronómica. El Ibis está a pocos pasos de esa calle y el museo del cacao es una propuesta interesante.
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