¿Que hay en común entre Nace una estrella, Bohemian Raphsody, La Favorita, Green Book y Vincent Van Gogh? Pues que además de ser las películas nominadas al Oscar en la edición de este año son parte de la oferta de entretenimiento que tiene, por estos días, la aerolínea KLM en su ruta triangular Quito-Guayaquil-Ámsterdam.
Y vaya que entretienen al viajero que, como mínimo, tiene que permanecer en el aire las doce horas que dura ese trayecto. Sin contar las otras once que, por ejemplo, se necesitan para llegar al Shanghái, en China.
Hay películas para todos los gustos. Niños y adultos. Recientes y clásicas. Traducidas a cinco idiomas (inglés, español, francés, chino y portugués). Largas y cortas. Animadas. Documentales... Y además otros tantos canales de música y series de televisión, y la revista de la aerolínea con variados reportajes y hermosas fotos pero en inglés. Todo lo que quiera para no aburrirse o al menos intentarlo.
El avión tiene capacidad para unas 350 personas. Cómodo si su compañero de fila no es muy gordito ni ronca.
La comida no es buena ni mala. Es comida de avión. Desayunos con omelette y frutas picadas. Almuerzos y cenas con pasta, proteína y verduras que adoptan la sazón del destino más próximo (llegando a China el pollo es picantito) . Sánduches y dulces como snacks. Y hasta botellitas de vino ilimitadas para aligerar el viaje.
Las azafatas son amables. De inglés fluido. Y también se hallan algunas que hablan un masticado español. Su primera muestra de cortesía es regalar a los pasajeros toallitas húmedas, un chocolate y una postal de los coloridos tulipanes de Holanda.
Aunque el viaje es largo, puede ser tranquilo y placentero. Pero insisto, siempre que su vecino de asiento no sea gordito o ronque. Para esos casos lleve desde Guayaquil unas pastillitas de valeriana para no desesperarse y dormir. Las necesitara.
Buen viaje.
Te puede interesar:
Estos son los ingresos de las aerolíneas que operan en Ecuador
Los sitios turísticos de Guayaquil que datan de antes de 1910 que aún sobreviven
Y vaya que entretienen al viajero que, como mínimo, tiene que permanecer en el aire las doce horas que dura ese trayecto. Sin contar las otras once que, por ejemplo, se necesitan para llegar al Shanghái, en China.
Hay películas para todos los gustos. Niños y adultos. Recientes y clásicas. Traducidas a cinco idiomas (inglés, español, francés, chino y portugués). Largas y cortas. Animadas. Documentales... Y además otros tantos canales de música y series de televisión, y la revista de la aerolínea con variados reportajes y hermosas fotos pero en inglés. Todo lo que quiera para no aburrirse o al menos intentarlo.
El avión tiene capacidad para unas 350 personas. Cómodo si su compañero de fila no es muy gordito ni ronca.
La comida no es buena ni mala. Es comida de avión. Desayunos con omelette y frutas picadas. Almuerzos y cenas con pasta, proteína y verduras que adoptan la sazón del destino más próximo (llegando a China el pollo es picantito) . Sánduches y dulces como snacks. Y hasta botellitas de vino ilimitadas para aligerar el viaje.
Las azafatas son amables. De inglés fluido. Y también se hallan algunas que hablan un masticado español. Su primera muestra de cortesía es regalar a los pasajeros toallitas húmedas, un chocolate y una postal de los coloridos tulipanes de Holanda.
Aunque el viaje es largo, puede ser tranquilo y placentero. Pero insisto, siempre que su vecino de asiento no sea gordito o ronque. Para esos casos lleve desde Guayaquil unas pastillitas de valeriana para no desesperarse y dormir. Las necesitara.
Buen viaje.
Te puede interesar:
Estos son los ingresos de las aerolíneas que operan en Ecuador
Los sitios turísticos de Guayaquil que datan de antes de 1910 que aún sobreviven
No hay comentarios:
Publicar un comentario