12.2.19

¿Quién compensa al pasajero cuando hay un cierre fortuito del aeropuerto?

Un problema en las luces de la pista obligó a cerrar por casi once horas el aeropuerto de Guayaquil entre la noche del lunes 11 de febrero y la madrugada del 12 de febrero.

La  emergencia generó el desvío de vuelos que estaban por aterrizar y cancelar otros que estaban programados.





La Autoridad Aeroportuaria se Guayaquil, ente que controla al concesionario, emitió un comunicado tres horas después del cierre explicando que era por una emergencia en el sistema de luces.

Ya para ese momento vuelos que debían aterrizar en Guayaquil fueron desviados a Manta, como pasó con aviones de American Airlines, Laser y Avianca. 





Otros vuelos como el de Spirit, que venía de Fort Lauderdale, retornaron en medio trayecto a los aeropuertos de partida.

También hubo cancelaciones de vuelos internacionales que debían partir desde Guayaquil como uno de KLM.

Las quejas y malestar de los viajeros no se hicieron esperar. Muchos se preguntaban quién asume los atrasos, las pérdidas de conexiones, los costos de hospedaje por pernoctar...


El sistema ecuatoriano y de países de la región establece compensaciones para los pasajeros. Pero hay que diferenciarlas, pues estas se determinan cuando es responsabilidad de la aerolínea (el  transportador) o si se trata de otros factores que no son responsabilidad de la compañía.

La falla suscitada en el aeropuerto surgió de un problema originado en las luces de la pista, una responsabilidad del concesionario Tagsa.

Los contratos de transporte o condiciones del pasaje, que por lo general no los lee el viajero, establecen que cuando se producen cancelaciones o demoras en los vuelos producidos por condiciones meteorológicas o de asuntos de fuerza mayor, como trabajos de pista, afluencia de tráfico, accidentes de la pista no son atribuibles al transportador.


Estos contratos generalmente están al reverso del billete, en las web de las aerolíneas o en las revistas de las compañías aéreas. Los contratos no son explícitos sobre las compensaciones cuando un fallo es atribuido al aeropuerto. Hasta ahora Tagsa solo ha emitido disculpas a los pasajeros por las molestias ocasionadas. 


Cuando el avión está en tierra y ya se conocen estas circunstancias, el pasajero puede pedir el reembolso del tiquete, sin penalidad. Claro, si la imposibilidad de llegar al destino se da en pleno vuelo, como ocurrió con el inesperado cierre del aeropuerto de Guayaquil, el asunto cambia.





Algunas aerolíneas son desviadas a aeropuertos próximos, regresan al aeropuerto de origen  o deciden aterrizar en el país más próximo. Y estas tres situaciones ocurrieron en el cierre del aeropuerto de Guayaquil.

¿Qué ocurrió con los pajareros? 

El vuelo de American Airlines que fue desviado a Manta permaneció con los pasajeros en pista cerca de 3 horas, pues se pensaba  que el aeropuerto podía abrir. Como eso no ocurrió, los viajeros fueron bajados y llevados a un hotel de Manta a cuenta de la aerolínea. El vuelo se reprogramó.

Spirit, que venía de Fort Lauderdale,  cuando se cerró el aeropuerto decidió volver a EE.UU. La aerolínea reprogramó el vuelo para primera hora del día siguiente.

Otro apartado son las compensaciones por demoras o cancelaciones que son responsabilidad de la aerolínea. Allí, según el tiempo de demora, se fijan desde snacks hasta hospedaje para los viajeros.



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