En Nueva York hay cerca de un centenar de museos. El American Museum of Natural History (AMNH), ubicado frente al Central Park, es el más famoso de Manhattan.
Latinoamérica conoció más de este museo hace unos 10 años, cuando Larry, un desempleado que vivía en Nueva York, fue contratado como guardia de seguridad en el AMNH.
Y desde su primera noche como celador comenzó a vivir una asombrosa aventura cuando todas las piezas del museo comenzaron a cobrar vida. ¿Se acuerdan? Ocurría en 'Una noche en el Museo', la película que interpretó Ben Stiller. Y aunque el filme fue grabado en un estudio, el museo verdadero es tan espectacular como las imágenes de todos los espacios que se recrearon para la película.
El día que lo visitamos, el tercero de nuestra estancia en Nueva York, habían decenas de personas esperando ingresar a las 10:00. Como había un reserva previa por internet, la espera no fue mayor a 30 minutos.
Mi primera sorpresa, al retirar los tiquetes, fue enterarme que el museo tiene un programa llamado 'A night at the museum', que permite a los niños de entre 6 y 13 años pasar una noche en ese lugar, acampando en las salas por 145 dólares.
El AMHN tiene cuatro pisos de exhibición y para explorarlo es necesario andar con la guía de papel que entregan a la entrada o estar pendiente de las pantallas que hay en cada piso. Cualquier despiste puede echar a perder uno de los shows audiovisuales que cada ciertas horas se proyectan en salones especiales. Esta primavera están exhibiendo documentales en 3D del espacio y de las ballenas.
Rexie y sus amigos
La sala de fósiles es una de las más concurridas. Y no es para menos. Posee una amplia colección de fósiles de dinosaurios, con tamaños sorprendentes, con colas o cuellos que traspasan de una sala a otra. El esqueleto de un tiranosaurio se roba los selfies, las fotos. Probablemente porque la película hizo más mediático a Rexie, como se llamó en la ficción a ese enorme fósil. Pero el museo tiene decenas de esqueletos no solo de dinosaurios, sino de Mamut y otros animales de tiempos prehistóricos.
El antiguo Egipto
En abril pasado, cuando vistamos el AHMN, recién se había abierto una exhibición dedicada a las momias, una de las colecciones más importantes que hay en América del Norte y que pertenecen al antiguo Egipto.
Son 18 individuos momificados que forman parte de la exposición, donde el visitante puede conocer las nuevas técnicas de escaner y tomografías que se usan para el estudio.
De hecho, una de las momias se encuentra exhibida en uno de estos aparatos.
Dentro de los objetos que se muestran hay varios ataúdes de madera pintados, que pese a los años han sido conservados con técnicas modernas.
El uso de la tomografía computarizada ha permitido a los científicos del museo de Nueva York generar una reconstrucción virtual del cráneo de una mujer y un adolescente momificado.
Las réplicas físicas de cómo eran ellos se muestran en esta exposición, que estará abierta hasta enero del 2018.
El trabajo que ha hecho el AHMN, incluso, es más completo que las explicaciones que pude hallar en una visita que años atrás realicé al museo de El Cairo y las pirámides.
Las eternas tortugas
Ecuador tiene su espacio en una de las salas del tercer piso del AMHN. Una tortuga disecada de las islas Galápagos se encuentra con su cuello erguido al ingreso de la sala de reptiles y anfibios. Se muestra en un enorme vitral donde consta una explicación de esta especie. No hace mucho, la emblemática tortuga George, el último sobreviviente de su especie, estuvo en ese museo para ser disecado por un experto taxidermista.
Pero si las gigantes Galápagos sorprenden en estos tiempos modernos, en la era prehistórica había especies mucho más grandes. Y varios fósiles de esos ejemplares marinos se muestran en el AMNH.
La Cuba de los Castro
Otra exhibición que por estas semanas ha llamado la atención es la dedicada a Cuba, sí a Cuba, en pleno corazón de Nueva York. Claro, esto ha sido posible después de que Estados Unidos y la isla decidieron descongelar sus relaciones. En el museo de recrean escenarios de la naturaleza cubana, sus sistemas de cuevas, arrecifes y humedales. Explora además algunos rincones de la cotinianidad de Cuba, sus personajes, costumbres y modos de producción, como la siembra del tabaco.
Casi pasamos seis horas explorando las salas de museo y ese tiempo aún nos quedó corto para ver los detalles.
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