27.6.20

Los hidroaviones en el río Guayas y sus inéditas imágenes

Era junio de 1928. El Ministro de Relaciones Exteriores había anunciado al Gobernador del Guayas que una aeronave, con el gerente de la compañía, llegaría a Guayaquil

El funcionario había dispuesto que se dé apertura y no haya obstáculos para recibir esa nave.

La noticia de la llegada del avión se dispersó entre los medios de ese entonces, que encomendaron a sus reporteros indagar más detalles sobre el inédito arribo.



Un comerciante alemán que tenía negocios en Guayaquil  era el representante local de la Sociedad de Transportes Aéreos (Scadta), la empresa que había organizado el vuelo. Fue cauto sobre el arribo y los detalles. 

Esa compañía venía operando en Colombia y tenía planes de establecer servicios comerciales con Ecuador. Sus capitalistas eran colombianos y alemanes. 

La tarde del 12 de junio de 1928 el acutizaje del hidroavión Atlántico fue todo un suceso. La nave acutizó sobre el río Guayas cerca de las 16:00. Antes, el periplo del Junkers F13 había incluido descensos en Buevaventura, Tumaco y Bahía de Caráquez. 

EL UNIVERSO, un diario que había iniciado actividades en 1921, desplegó en su portada el suceso al que tituló: De manera imprevista acuatizó el hidroplano Atlántico, en la ría. 



La operación no fue sencilla.  El periódico reportó que hubo demora en asegurar la nave, que quedó a la altura de la isla Santay.

Porfirio Domínguez, un reportero gráfico, captó el acuatizaje del avión. Una foto suya fue una de las tres que usó EL UNIVERSO el miércoles 13 de junio para su portada. La otras dos gráficas fueron del piloto y de la recepción que se dio a los ejecutivos de la compañía aérea en el Club La Unión.

Fueron los años en que el río Guayas se convirtió en la pista de aterrizaje que tenía Guayaquil para recibir este tipo de aviones.



El 2 de julio, la compañía celebró un contrato con el Gobierno y el 30 de julio arrancaron las operaciones. Por motivo de los vuelos se realizaron sellos postales para el transporte del correo. 

La Scadta tuvo vuelos en Guayaquil hasta el 27 de diciembre de 1930. Durante ese tiempo, la aerolínea operó con cuatro aviones que llegaron al país: el Atlántico, Boyacá y Pacífico. Un cuarto avión, el Nariño, llegó por la visita del presidente de Estados Unidos, Herbert Hoover. 





En mayo de  1929, un año antes de que la Scadta deje de operar en Guayaquil,  el  fotógrafo ibarreño Carlos Endara captó la actividad que se desarrollaba en el río. Es una de las pocas piezas fílmicas en las que se puede observar la actividad aérea y los acutizajes en el río.

Endara, quien vivía en Panamá, llegó ese año con su sobrino a documentar la vida de Guayaquil, Quito e Ibarra. 

La ciudad que encontró el fotógrafo era dinámica, con una vida comercial muy ligada al río. Con grandes buques navegando, recogiendo los productos exportables como el cacao. 

Su cámara grabó los instantes en que un avión pasa por el centro de la ciudad, peinando la zona del Municipio y la Gobernación del Guayas, que eran las imponentes edificaciones de la época. 



Otro de los fragmentos de su filme recoge el momento en que un hidroavión pasa por el río, cerca de un enorme barco de la época. Esa inédita secuencia constan en la película De Guayaquil a Quito, que fue  recuperada de un archivo particular.




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