Con un panorama incierto y sin una vacuna a corto plazo que logre parar el coronavirus, la economía global ha entrado en recesión.
Cerca de 2600 millones de personas o el equivalente a un tercio de la humanidad está confinada en sus casas ante la propagación del virus.
En un hecho sin precedentes, las economías de varios países se han comenzado a desplomar mientras los gobiernos tratan de acelerar medidas urgentes para ayudar a su población vulnerable.
Las grandes industrias como la aviación han sentido la estocada con cientos de vuelos suspendidos, que han obligado a poner su flota en tierra. Las grandes líneas latinas están casi inoperativas por la cuarentena en la región. Copa, Latam y Avianca, en América Latina, han suspendido sus operaciones hasta mayo.
La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) ha estimado un desplome de los ingresos de la industria de unos 286.000 millones de dólares debido a las restricciones severas de los viajes aéreos y a la recesión económica global.
El gremio ha estimado esa catastrófica pérdida teniendo en cuenta un escenario que contempla tres meses de restricciones severas a los viajes aéreos seguidas de una recuperación económica lenta a finales de año.
A inicios de marzo, antes de que los países comiencen a suspender vuelos, IATA había estimado pérdidas de 113.000 millones de dólares.
Sobrevivientes del desastre
JP Morgan, una empresa financiera con reputación a nivel global, realizó un duro pronóstico sobre las secuelas que tendría la paralización total en las aerolíneas.
Considerando un peor escenario de paralización, JP Morgan estimó que las aerolíneas latinas sobrevivirían entre 3 y 10 meses si cancelan el 100% de sus operaciones. Si eso ocurriera, Latam quebraría en 4 meses, Avianca en 3 y Gol en 5.
Aunque las aerolíneas están incentivando a los viajeros a hacer compras anticipadas de boletos con la flexibilidad a cambiarlos durante un año, los reportes apunta a que hay un desplome de las reservas.
La incertidumbre ha contagiado a los viajeros y los planes para viajar a futuro sobre todo por el hecho de que los mismos organismos de Salud no vaticinan un fin a corto plazo del coronavirus. Una vacuna contra el coronavirus podría tardar un año.
Diferentes análisis anotan que el mundo tendrá que aprender a lidiar con el COVID-19 durante este 2020. En ese intento por frenar la curva de contagios es probable que algunos gobiernos sigan restringiendo el ingreso a turistas extranjeros.
China, que ha controlado la expansión del coronavirus en Wuhan, ha dispuesto impedir el ingreso de extranjeros para ahora evitar casos importados.
Las medidas para evitar el rebrote
Otros apuntan a que los países que abran sus fronteras seguirán imponiendo medidas sanitarias obligatorias como el hecho de someterse a una prueba o pasar un aislamiento preventivo en un hotel.
Los expertos también estiman que ciertos destinos turísticos podrían restringir el número de visitantes para evitar una aglomeración que sea un foco de contagio.
Otro aspecto que podría afectar la rápida reactivación de los viajes es la saturación de los sistemas sanitarios de varios países. El coronavirus ha desnudado las debilidades de la infraestructura en América Latina y sobrecargado otras en Europa que se consideraban fuertes.
Muchos extranjeros, sobre todo adultos mayores, consideran el aspecto sanitario al momento de elegir un destino.
Y aunque algunas naciones europeas están tratando de hacer planes para levantar de manera progresiva la cuarentena no hay aún un panorama claro hasta mayo. Es decir, aventurarse a comprar un boleto desde Latinoamérica para un viaje a Europa en mayo no sería prudente. Además, aunque se abran los aeropuertos europeos dependerá del reinicio de operaciones de las terminales en América Latina.
Las últimas cifra de la IATA indican que hay un 70% de personas que quiere ver estabilizada su situación financiera antes de regresare a los cielos. Otr0 40% ha dicho que esperará unos seis meses o más para poder hacerlo.
Esa situación se está viendo en el comportamiento de los viajeros chinos y australianos, donde no se ha visto un regreso d elos viajes aéreos. Y los indicadores del mercado interno de EE. UU., el más grande del mundo, se alinean con esto, según IATA.
El mundo entró en incertidumbre. Entró en recesión, confinado sin saber lo que vendrá.
Foto: Twitter Reuters y AFP
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La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) ha estimado un desplome de los ingresos de la industria de unos 286.000 millones de dólares debido a las restricciones severas de los viajes aéreos y a la recesión económica global.
El gremio ha estimado esa catastrófica pérdida teniendo en cuenta un escenario que contempla tres meses de restricciones severas a los viajes aéreos seguidas de una recuperación económica lenta a finales de año.
A inicios de marzo, antes de que los países comiencen a suspender vuelos, IATA había estimado pérdidas de 113.000 millones de dólares.
- La pandemia del coronavirus cambiará la forma de viajar en avión
Sobrevivientes del desastre
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Aunque las aerolíneas están incentivando a los viajeros a hacer compras anticipadas de boletos con la flexibilidad a cambiarlos durante un año, los reportes apunta a que hay un desplome de las reservas.
La incertidumbre ha contagiado a los viajeros y los planes para viajar a futuro sobre todo por el hecho de que los mismos organismos de Salud no vaticinan un fin a corto plazo del coronavirus. Una vacuna contra el coronavirus podría tardar un año.
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Las medidas para evitar el rebrote
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Los expertos también estiman que ciertos destinos turísticos podrían restringir el número de visitantes para evitar una aglomeración que sea un foco de contagio.
Otro aspecto que podría afectar la rápida reactivación de los viajes es la saturación de los sistemas sanitarios de varios países. El coronavirus ha desnudado las debilidades de la infraestructura en América Latina y sobrecargado otras en Europa que se consideraban fuertes.
Muchos extranjeros, sobre todo adultos mayores, consideran el aspecto sanitario al momento de elegir un destino.
Y aunque algunas naciones europeas están tratando de hacer planes para levantar de manera progresiva la cuarentena no hay aún un panorama claro hasta mayo. Es decir, aventurarse a comprar un boleto desde Latinoamérica para un viaje a Europa en mayo no sería prudente. Además, aunque se abran los aeropuertos europeos dependerá del reinicio de operaciones de las terminales en América Latina.
Las últimas cifra de la IATA indican que hay un 70% de personas que quiere ver estabilizada su situación financiera antes de regresare a los cielos. Otr0 40% ha dicho que esperará unos seis meses o más para poder hacerlo.
Esa situación se está viendo en el comportamiento de los viajeros chinos y australianos, donde no se ha visto un regreso d elos viajes aéreos. Y los indicadores del mercado interno de EE. UU., el más grande del mundo, se alinean con esto, según IATA.
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Foto: Twitter Reuters y AFP
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