30.4.17

Las dos caras de volar a Nueva York en Tame




Volar a Nueva York puede ser un placer, pero también una incomodidad sino se tiene claro los servicios que se encontrará en la nave por el costo del pasaje que se paga entre Guayaquil y la ciudad de los rascacielos.






Desde Guayaquil hay varias opciones para desplazarse directo o con escala desde Quito, Bogotá o Panamá. Las opciones más cercanas las ofrecen Latam con un vuelo directo y Tame con una conexión en Quito.

Durante las últimas semanas realicé varias simulaciones para intentar comprar dos boletos para unas cortas vacaciones. Tame tenía uno de los precios bajos para la Semana Santa. Una tarifa de $ 610. Lo más económico que encontré. Sin acumulación de millas. La idea de  viajar en la aerolínea de bandera nacional me parecía interesante para palpar el servicio que ofrecía hacia la Gran Manzana, donde convergen las líneas más importantes del mundo. Había que comprobar si la regla de las tres "b"(bueno, bonito y barato) aplicaba en este caso. 




Primer aviso

Para ahorrarme el costo de la emisión que cobran las aerolíneas cuando se compran los boletos en los counter realicé la adquisición por internet. Aunque hice dos intentos no hubo mayor novedad en la compra online. Tenía mi itinerario listo un mes antes. Con un vuelo que iniciaría desde Guayaquil a las 21:00.
Pero dos días antes del viaje entré nuevamente a la web de la aerolínea para intentar reservar los asientos. La novedad  fue que encontré modificado el horario de la salida. Marcaba una salida para las 22:00. Nadie me había notificado el cambio. Debí llamar al call center para constatar que, efectivamente, había un cambio. La empresa había decidido no hacer el vuelo de las 21:00. Y debía acoplarme a ese itinerario nuevo, una hora después.



Segunda parada

De Quito a Nueva York hay seis horas de viaje. Así que un Airbus A330 (el único que tiene Tame) con capacidad para 278 viajeros suena ideal para ese trayecto, que arranca a las 01:00 desde la capital.
Durante los primeros 30 minutos del vuelo todo parecía marchar bien. Hasta que el sueño comenzó a vencer a los pasajeros. Entonces arrancó el ejercicio de reclinar los asientos. Y con ello una lucha de gente que empujaba con fuerza para llevar hacia atrás el espaldar de la silla. Unos vencían en ese intento. Otros, como yo, nos quedamos con un asiento que apenas había cedido. En mi caso, muy dispar con el nivel normal que alcanzó la silla de mi esposa. Steven, un amigo neoyorquino que viajó en ese mismo avión en enero pasado, había tenido una experiencia similar con su silla. "Terminé con dolor de espalda", me comentó. 



El pantallazo

Sin poder conciliar totalmente el sueño, intenté usar la pantalla de los asientos para ver alguna serie o película durante la madrugada. La pantalla apenas hacía unas intermitencias. Uno y otro intento fue en vano. El monitor que estaba en el asiento de mi esposa tampoco reaccionaba. Bueno, pensé que el asunto era solo con esas pantallas. No fue así. D
ías después, en el vuelo de retorno, las pantallas en los últimos asientos ni siquiera encendieron. 
Un sobrecargo salió con la explicación de que en el aterrizaje del vuelo anterior había surgido un fallo con algunas pantallas.
Tuve que cambiarme a un asiento posterior que venía vacío para intentar ver algo. Esa pantalla encendió, pero dejó de funcionar a la mitad de una película (Life of Pi, 2012)
.



Desayuno, solo desayuno

El servicio de alimentación abordo es un asunto que depende de la hora. Tame, en el trayecto de Quito a Nueva York, solo sirve un desayuno a las 05:00. Con una sola opción: omelett. De regreso, en el tramo Nueva York-Quito reparte un desayuno a las 11:00, con una diferencia. Agrega una nueva opción con pancakes. Y aunque ese vuelo aterriza pasadas las 15:00 a la terminal de Tababela no hay almuerzo.



Maletas olvidadas

Si hay algo que rescatar del vuelo de Tame a Nueva York es que dentro de la tarifa se permite llevar dos maletas en bodega más el equipaje de mano. Algo que cobran aerolíneas que tienen tarifas de 40 dólares por maleta que va a la bodega del avión.
Pues bien, este asunto hubiese resultado perfecto si el día que regresé de Nueva York las maletas no se hubiesen quedado  en Quito. Y no solo fueron mis maletas, sino de unos diez pasajeros que regresaban en el mismo vuelo. 
Resulta que el vuelo de conexión que venía de Quito a Guayaquil, y en el que embarcaron a los pasajeros que procedían de Nueva York, estaba lleno. Y no había supuestamente espacio para traer todas las maletas. Así que Tame embarcó a todos los viajeros, pero no todas las maletas. Las maletas recién llegaron en el vuelo de las 21:00, es decir, dos horas después de la llegada de los pasajeros. Con ello mi travesía que comenzó a las 10:00 de Nueva York terminó casi 12 horas después en Guayaquil.



Se le viene una dura competencia

Desde junio, los viajeros de Guayaquil contarán con una nueva opción para viajar  a Nueva York. La estadounidense Dynamic Airways anunció que volará directamente con una tarifa de introducción de 601 dólares. Esta compañía tiene unos 60 aviones a nivel mundial y, aunque no es de low cost, sus precios son inferiores a los que manejan las líneas tradicionales.
El ingreso de esta aerolínea al mercado local supondrá un reajuste, pues Tame corre el riesgo de que esos viajeros que van a tomar el vuelo a Quito prefieran esta nueva opción para viajar directamente a un costo similar. La presencia de otro competidor siempre es buena para presionar los precios que maneja un solo competir que está operando en esa ruta. 




Puntos a favor

-Puntualidad. Los vuelos de ida y retorno que tomé despegaron dentro del itinerario.

-Permite llevar dos maletas en bodega sin costo adicional.

-Vuelo cuenta con servicio de Duty Free.

-Revista de cortesía con buen contenido

Puntos por mejorar

-Asientos incómodos para un vuelo de seis horas.

-Deficiente servicio de entretenimiento abordo

-Menú limitado, sin posibilidades de escoger en ruta Quito-Nueva York

-Retraso en la entrega de maletas

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