Guayaquil
se ha vuelto un espectáculo de luces. Destellos que se reflejan al
caer la noche sobre las aguas de su río. Un paseo fluvial
nocturno por las riberas del Guayas permite contemplar ese
Guayaquil cambiante, que se volvió más colorido este año hacia el
norte del malecón.
Decenas
se embarcan en estos días en las lanchas que salen desde el muelle
que está a la altura de la calle Tomás Martínez o el
atracadero del barco Henry Morgan, en la calle Sucre, para
captar con sus cámaras o smartphones ese espectáculo de colores que
se desprende de la urbe.
|
El edificio The Point, el más alto de Guayaquil, se ilumina por las noches con luces Led |
La
brisa veranera que acaricia el rostro vuelve placentero esos
recorridos nocturnos. El edificio The Point es una de esas
atracciones detrás del cerro Santa Ana.
Desde el río se aprecian
las decenas de colores y formas que se producen con las 10 mil luces
LED que envuelven a esta edificación contorneada. Los colores
más fuertes se reflejan en el río y llaman la atención de los
visitantes, que antes de julio solo veían sombras de esa edificación
en ese lado de Puerto Santa Ana.
El colorido del cerro, con una vida
nocturna activa los fines de semana, complementan ese paisaje
porteño.
|
Las luces de la noria La Perla, en el malecón Simón Bolívar |
A
la altura de la calle Loja, los 57,5 metros de la noria La Perla, que
opera desde el miércoles pasado, se impone con su diversidad
de tonos. Sus 1.690 luces Led que rodean los aros la transforman por
momentos en verde, amarilla, roja, azul o combinada con los tonos de
la bandera de Guayaquil o Ecuador. Y eso ilusiona a niños y adultos,
que intentan sacarse selfies, solos o en grupos, con la
rueda gigante de fondo, el nuevo ícono de la ciudad.
|
El Buque Escuela Guayas anclado en el malecón de Guayaquil |
Hacia
el corazón de Guayaquil, a pocos metros de la 9 de Octubre, el
buque Escuela Guayas se ve majestuoso con el cordón de luces que lo
perfilan por las noches para ser captado por los fashes de los
turistas. La fachada encendida del Municipio y la Torre Morisca
vuelven más atractivo ese punto.
|
La Torre Morisca y el Palacio Municipal de la ciudad |
El
centro comercial Malecón 2000, el Palacio de Cristal y las banderas
de las provincias que están detrás de este, dejándose llevar
por la ventisca del verano guayaquileño, sirven para llamativos
registros fotográficos.
|
El antiguo mercado del Sur, ahora convertido en el Palacio de Cristal |
Más
al sur, los muelles que por estos días tienen embarcaciones
turísticas de Galápagos en mantenimiento testifican que
Guayaquil aún mantiene vivo, aunque en menor escala, ese espíritu
de ciudad- astillero. El olor a chocolate que emana desde las
chimeneas de la fábrica La Universal se percibe en las
riberas. Y el antiguo tanque elevado de la empresa
eléctrica, que parece sacado de un estudio cinematográfico,
brindan otro toque pintoresco.
|
La antigua planta eléctrica del sur de Guayaquil |
Las
lanchas y el Morgan avanzan hasta el puente peatonal que
conecta Guayaquil y la isla Santay por la calle El Oro. El alumbrado
de ese puente aviva ese sector y ayuda a contemplar partes de
la isla, que antes eran imperceptibles por las noches. Así, de norte
a sur, o viceversa, Guayaquil se vuelve cada vez más atractiva por
las noches.
|
El puente peatonal que une Guayaquil con la isla Santay |
Detalles
-Los
paseos fluviales que se ofertan en el malecón Simón Bolívar
cuestan desde 3 a 7 dólares. Hay salidas desde las 13:00 hasta las
20:30.
-Uno
de los horarios propicios para disfrutar la ciudad está entre las
18:00 y 19:00, pues se puede contemplar el atardecer y captar tomas
del Guayaquil nocturno.
-Para
obtener fotos de aceptable calidad se pueden usar celulares con
cámara de 16 megapixels con fash.
*Nota que escribí para www.eluniverso.com. Las fotos las capté con celular.
*Actualizado julio 2017
No hay comentarios:
Publicar un comentario