21.5.18

Una guía para cinco días en Buenos Aires


Buenos Aires respira aire europeo.  Su arquitectura céntrica, sus cafetines con sillas en las veredas, su clima y su gente hacen de esta metrópoli un lugar diferente de Sudamérica. 
Recorrimos la ciudad de Gardel, de Maradona y Tinelli durante cinco intensos días. Esto fue lo que encontramos. 





Día 1


El centro con ADN europeo

En este viaje decidimos hospedarnos en un hotel de la av. 9 de Julio, cerca al obelisco, el ícono de Buenos Aires. 
Buscamos el microcentro bonaerense debido a que desde allí es más fácil realizar los desplazamientos a los sitios turísticos.
Nuestra primera aventura fue echar un vistazo al corazón del poder bonaerense: la Plaza de Mayo, donde se halla la Casa Rosada, sede del Gobierno. Desde la av. 9 de Julio es fácil llegar caminando por diferentes vías como la calle Corrientes o la misma av. 25 de Mayo. De ida apostamos caminar por esta ruta  hasta la Casa Rosada. Nada complicado. Diez minutos, despacio.
En el camino uno va quedando atrapado por la arquitectura que cobija la ciudad con influencia europea. La mañana que caminamos estaba algo fría, pero agradable para desplazarse por esa metrópoli. 




A más de la Casa Rosada, en la zona que rodea este edificio se halla la Catedral de Buenos Aires, el Palacio Barolo y otras estructuras que datan de principios del siglo pasado.



El regreso lo hicimos por la calle Corrientes, que por las noches se vuelve muy movida y luminosa por las marquesinas de los teatros. Al final de esa avenida se levanta el imponente obelisco, visible desde diferentes puntos por sus metros. 

La tarde entre Gaturro, Mafalda y la casa estrecha




No muy lejos de la Casa Rosada se encuentra San Telmo, un barrio pequeño que tiene cafeterías y restaurantes. Es muy movido entrada la noche. Nosotros decidimos recorrer sus calles empedradas y algo estrechas por la tarde.
Uno de los atractivos que tiene ese barrio es la ruta de las historietas.  Personajes  como Gaturro y Mafalda, los más conocidos fuera de Buenos Aires, están ubicados en unas 16 esquinas de San Telmo.  



Claro, recorrerlos en poco tiempo es complejo, así que escogimos los más emblemáticos. La página web de la ciudad de Buenos Aires   tiene un mapa de sus ubicaciones, algo que facilita al momento de armar el recorrido. 
Muy cerca de la escultura de Mafalda, sin necesidad de coger un taxi, se puede llegar a la casa mínima, la vivienda más angosta de Buenos Aires. Tiene solo 2,50 metros de frente y data de la segunda mitad del siglo XIX. 




Día 2


Caminito, el pasado colorido y portuario

Tomar taxi en una ciudad grande siempre resulta costoso. Así que una alternativa para conocer  Buenos Aires puede ser el bus o el subte, como le dicen los bonaerenses al sistema subterráneo. Este segundo día nos animámos por subirnos a un bus. Para eso tuvimos que comprar la tarjeta de subte, que también sirve para agarrar el bus. Es fácil adquirirla, pues las venden en las estaciones del subte. Cargar cada pasaje cuesta unos 0,50 centavos de dólar.
Cerca a la zona del Obelisco, en la av. 9 de Julio, nos recomendaron tomar la línea 29 que va a Boca. (Hay que considerar que existe otra con el mismo número que tiene un destino diferente). En el trayecto vimos varios pasajeros leyendo libros. Relatos históricos y novelas. Buenos Aires es una ciudad que aún disfruta de la lectura. Después de casi una hora, el bus nos dejó en toda la esquina turística de Caminito, el sector del barrio La Boca donde estaba el antiguo puerto de Buenos Aires.






Desemboca en barrio sinuoso

Lo llaman La Boca porque este barrio están en un desembocadura del Riachuelo que se forma del río de La Plata. Aún quedan allí unas antiguas grúas que sirvieron para el desembarque de cargas.
La parte turística cubre casi una cuadra con casas pintadas con colores pasteles, chillones. 
La esquina más famosa y fotografiada está cerca al Riachuelo. Allí convergen dos caminitos sinuosos, que ahora son peatonales. En el siglo pasado eran el paso de rieles que iban a la zona portuaria.




En los alrededores se expenden alfajores,  artesanías y otros productos típicos. Parejas de tangeros ambulantes se congregan en esa esquina para bailar y fotografiarse con los turístas a cambio de unos pesos. 
La zona alberga restaurantes con mesas en la calle donde los turistas se sientan a tomar un café o almorzar.
En Caminito hay museos y uno de los más conocidos está frente al Riachuelo: el museo de Benito Quinquela. No tiene costo. Es la casa en la que habitó este artista plástico que plasmó en sus obras parte del movimiento portuario de La Boca, sus estibadores, sus casas, el río.




Desde la terraza de la casa se puede contemplar a plenitud el barrio y hacia el fondo el centro de Buenos Aires. Ideal para llevarse una panorámica de ese barrio.





Por la tarde

A dos cuadras de Caminito está el emblemático estadio de Boca Juniors: la Bombonera. Es una estadio empinado, con forma de D, con tres bandejas curvas y una recta. Sus alrededores están llenos de movimiento, por los negocios que giran en torno a Boca. Con venta de camisetas, guantes, llaveros y todo lo que se pueda vender con el logo boquense.




El estadio tiene sus propios tours. Ofrecen tres opciones para recorrer el museo y el estadio. Los paquetes van de 10 a 20 dólares por personas. Un guía acompaña a cada grupo en los recorridos.






 El tour completo incluye acceso del gramado para tomarse fotografías. 
Al final,  el turista pueden quedarse en la confitería comiendo un piqueo, almorzando o merendando. Probar un bocado allí puede costar desde 10 dólares.


Día 3

Puerto Madero, lo chic de BA

Uno de los barrios residenciales más jóvenes de Buenos Aires se llama Puerto Madero. Como ya nos habíamos habituado a caminar por el centro, llegar allí no fue complicado. No está muy distante a la Casa Rosada y tiene varias calles para acceder.
Es un lugar que está a orillas de un río, donde el atractivo es el puente de la Mujer, una estructura peatonal giratoria que permite el paso de embarcaciones. En uno de los muelles ancla el buque escuela. 





Dar un paseo a lo largo de la zona de muelles es ideal. El paisaje se muestra agradable con una amplia zona gastronómica montada en edificios que algunas vez sirvieron al antiguo puerto de la ciudad. De fondo se hallan los edificios más modernos de la ciudad, que acogen a oficinas de bancos, hoteles y torres de departamentos. 




Día 4

Recoleta, su cementerio y su bohemia

Nuestros cuarto día en BA decimos ir a Recoleta. Como estábamos hospedados en la av. 9 de Julio optamos por usar el subterráneo y avanzar hasta la estación Callao. Cerca de allí queda  el Ateneo Grand Splendid, así que armamos la ruta para incluirla. 




Se trata de  una espectacular librería montada en la edificación en la que funcionó el antiguo teatro Gran Splendid.  Los lectores la tienen identificada como una de las más grandes de Sudamérica por el número de libros que copan las estanterías, con una infinidad de títulos. Lo atractivo es que en el antiguo escenario, que conserva el enorme telón de terciopelo, opera un bar, en el que los lectores pueden sentarse a leer plácidamente, en medio de un ambiente de época.
Como no había prisa seguimos caminando hacia Recoleta, un barrio residencial que congrega zonas de restaurantes con sillas en la acera, donde la gente se sienta a tomarse un café al paso o almorzar.




Los tours que llegan a Recoleta exploran el antiguo cementerio, que posee imponentes mausoleos y bóvedas de mármol que pertenecieron a acaudalas familias migrantes que llegaron a Buenos Aires y protagonistas de la historia argentina. En ese camposanto están enterrados Eva Perón y y otros políticos. Data desde 1822. 




Después de recorrer los alrededores de Recoleta nos dirigimos caminando hacia el parque Naciones Unidas, a menos de 500 metros del cementerio de Recoleta.
Al paso está la edificación de la facultad de Derecho, una imponente estructura de estilo renacentista donde vale la pena deternerse. 




Ya en el parque de unas cuatro hectáreas destaca la Floralis Genéricas, un gigante flor metálica construída con materiales que usa la industria aeronáutica. Inaugurada en el 2002, esta escultura está provista de un sistema eléctrico que le permite mover los pétalos según las horas. Es uno de los sitios imperdibles de Buenos Aires.




Día 5

La Florida, calle peatonal comercial





Una de las calles comerciales del centro de Buenos Aires se llama Florida. Se encuentra a pocas cuadras de la Casa Rosada. Es peatonal y en ella los cambistas informales conviven entre grandes tiendas de marcas internacionales y nacionales. Los shows callejeros de tango se complementan con otro tipo de música urbana.



Al final de esa calle está Galerías del Pacífico, uno de los malls más conocidos e imperdibles de la ciudad. Más que por las marcas que ocupan este centro comercial, lo llamativo es su edificación, que posee una enorme cúpula pintada con murales de destacados pintores argentinos. Entre 1896 y 1940 fue ocupado por los Ferrocarriles de Buenos Aires y el Museo Nacional de Bellas Artes. Recién en lo noventa fue modificado para albergar el mall. Hay turistas que hacen compras en esa calle, aunque por los niveles de inflación, prendas y electrodomésticos pueden resultar más costosos que en otros países sudamericanos.

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