23.2.17

Se necesitaría más que una vida para viajar a Trappist-1



Tres personas miran detrás de una escotilla un espectacular paisaje. Una enorme superficie acuática rodeada de montañas. Con un firmamento brillante donde destacan los tonos  rojizos y azules. 




La escena pertenece a Trappist-1e, el cuarto planeta de un nuevo sistema solar descubierto por la Nasa. El paisaje fue plasmado en  un afiche futurista, de un viaje imaginario,  que divulgó la Agencia Espacial de EE.UU. junto a la noticia del reciente hallazgo de los siete planetas que se asemejan a la Tierra.
 Los planetas descubiertos -que dan esperanza de hallar vida más allá de la Tierra- están en torno a una estrella ultrafría llamada Trappist 1, que es diez veces más pequeña que el sol.




Estos 'competidores" de la Tierra han sido identificados provisionalmente como Trappist-1b, c, d, e, f, g y h.
Los astrónomos señalan que el nuevo sistema planetario está a 40 años luz de la tierra o el  equivalente a unos 380 billones de kilómetros de distancia.
Una enorme distancia si se considera que la ruta aérea comercial más larga del planeta tiene 14.535 kilómetros de viaje y se cubre en más de 16 horas, entre Doha (Qatar)-Auckland (Nueva Zelanda).
Comenzar un viaje en un  transbordador espacial de la Nasa, que recorre 28.000 km/h, requeriría 1,5 millones de años para llegar hasta Trappist-1, según especialistas.




Los siete planetas hallados  parecen ser rocosos, como la Tierra, Marte, Venus y Mercurio, aunque unos podrían ser mucho menos densos y tener agua, elemento vital para albergar vida.
De confirmarse que hay oxígeno en la atmósfera de los planetas, eso indicaría que hay fotosíntesis. De haber también metano, ozono y dióxido de carbono en ciertas proporciones, “sabríamos que hay vida con una confianza del 99 por ciento”, dijo Michael Gillon, de la Universidad de Lieja y parte del equipo que estudia Trappist.




Los análisis previos indican que los planetas llamados b, c y d tendrían temperaturas muy altas para contener agua, salvo en pequeños sectores de su superficie. Por otro lado, la Nasa ha indicado que  h parece ser muy distante y frío.  Trappist-1 e, f y g representan la joya de la corona para los astrónomos al estar en la zona habitable de la estrella.
 Sus condiciones permitirían la presencia de agua y, potencialmente, el desarrollo de la vida.




Pero llegar a ese nuevo sistema es algo que difícilmente esta generación podrá lograr. Y por ahora, los terrícolas deberán conformarse con los bocetos que han salido de la imaginación de los astrónomos de la Nasa.





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