Un pasaporte de inmunidad podría exonerar a una persona que ya estuvo contagiada de coronavirus de pasar por una serie de medidas que se podrían implementar en los aeropuertos una vez que en el mundo se levante la cuarentena.
La idea de fijar este tipo de pasaportes de inmunidad se baraja en una especie de protocolo que elabora la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) para reiniciar la aviación de una manera segura.
¿Cómo funcionaria este pasaporte de inmunidad? Si un viajero estuvo infectado con COVID-19 podría documentar que se recuperó y quedaría exonerado de cumplir algunas medidas en los aeropuertos y durante el vuelo, como usar mascarillas o pasar por controles de temperatura.
IATA señala que esto dependerá de que la ciencia obtenga resultados concluyentes respecto de la inmunidad generada tras el contagio de coronavirus, según el borrador de la primera versión de esta hoja de ruta a la que accedió el diario argentino La Nación.
Estas son algunas de las medidas que se barajan en el protocolo:
1.- Previo al vuelo
-Datos del viajero. Con la idea de dar un seguimiento al pasajero, se exigirán más detalles de contacto de la persona que viaja. De ser factible esa información debe ser llenada vía electrónica antes de que el viajero llegue a la terminal aérea.
2. En el aeropuerto
-Control de temperatura. En la entrada a la terminal aeroportuaria deberán existir puntos de control de temperatura a los viajeros. Esto determinará si una persona está en condiciones de viajar. Esto ya se está haciendo en China después de que se levantó la cuarentena en Wuhan. Hay controles de temperatura en las mangas de abordaje y en el interior de los aviones.
-Distancimiento físico. La IATA aconseja que haya una distancia entre uno y dos metros de separación. Para cumplir estos se deberá reorganizar la disposición del flujo de pasajeros en la terminal y en los puentos de control y migraciones. En el aeropuerto de Dubai ya se están adoptando medidas de distanciamiento.
-Protección. Aunque esto ya se ha adoptado, la IATA aconseja el uso de mascarillas para los viajeros y equipo de protección para las tripulaciones de las aerolíneas y empleados aeroportuarios. American Airlines, por ejemplo, exigirá desde el 11 de mayo tapabocas en sus vuelos.
-Limpieza. IATA recomienda que aeropuertos y gobiernos coordinen esfuerzos para asegurar que los equipos e infraestructura sean desinfectados con frecuencia.
-Test. La IATA recomienda el uso de test rápidos y confiables, que podrían ser aplicados en las entradas a los aeropuertos.
-Pasaporte de inmunidad. Un pasajero que estuvo contagiado de COVID-19 puede ser exonerado de algunas medidas de control si documenta que superó el virus.
-Check-in. Los pasajeros deberán completar la mayor parte de la proceso de check-in antes de llegar al aeropuerto y podrán embarcar mostrando los tickets en sus dispositivos móviles o impresos en el hogar.
-Despacho de equipaje. El personal de las aerolíneas deberá guiar a los pasajeros para que puedan despachar ellos mismos su equipaje, minimizando la interacción humana y la manipulación de objetos.
-Embarque. Será necesario un proceso ordenado que asegure el distanciamiento físico. Para eso se deberán revisar los mecanismos actuales y, posiblemente, rediseñar los espacios junto a las puertas de embarque.
3. Durante el vuelo
Según IATA, el riesgo de transmisión de COVID-19 de un pasajero a otro durante un vuelo es muy bajo por la disposición de los asientos, el uso de filtros HEPA y la dirección del flujo de aire a bordo. Como protección adicional, recomienda el uso de máscaras faciales para los pasajeros. Considera que no será necesario sumar el distanciamiento físico a bordo que implicaría, por ejemplo, dejar asientos libres.
La tripulación de cabina también ajustará sus protocolos (la forma de servir alimentos y bebidas, entre otras cosas) y ofrecerá toallitas desinfectantes a los pasajeros para limpiar sus espacios.
4. En el aeropuerto de destino
-Desembarque. Al descender del avión se controlará la temperatura de los pasajeros con personal capacitado, que pueda lidiar con la posibilidad de un pasajero enfermo.
-Control de fronteras y aduanas. Los gobiernos deberán considerar opciones electrónicas de declaraciones juradas (aplicaciones móviles y códigos QR) para minimizar el contacto de persona a persona. Se sugiere que los gobiernos “simplifiquen las formalidades del control fronterizo” para reemplazar procesos físicos por otros virtuales (lectura del pasaporte, reconocimiento facial, etcétera). Además, se deberá reconfigurar la disposición de los carriles y entrenar a los agentes para detectar signos de pasajeros infectados.
-Recolección de equipaje. Se deben hacer todos los esfuerzos para proporcionar un servicio rápido y asegurar que los pasajeros no estén obligados a esperar demasiado tiempo en el área de reclamo de equipaje y puedan mantener la distancia.
-Pasajeros en tránsito. La cooperación entre países será clave para poder tomar como válidas las instancias de control realizadas en el aeropuerto de origen y evitar repetirlas íntegramente en las escalas subsiguientes.
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La idea de fijar este tipo de pasaportes de inmunidad se baraja en una especie de protocolo que elabora la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) para reiniciar la aviación de una manera segura.
¿Cómo funcionaria este pasaporte de inmunidad? Si un viajero estuvo infectado con COVID-19 podría documentar que se recuperó y quedaría exonerado de cumplir algunas medidas en los aeropuertos y durante el vuelo, como usar mascarillas o pasar por controles de temperatura.
IATA señala que esto dependerá de que la ciencia obtenga resultados concluyentes respecto de la inmunidad generada tras el contagio de coronavirus, según el borrador de la primera versión de esta hoja de ruta a la que accedió el diario argentino La Nación.
Estas son algunas de las medidas que se barajan en el protocolo:
1.- Previo al vuelo
-Datos del viajero. Con la idea de dar un seguimiento al pasajero, se exigirán más detalles de contacto de la persona que viaja. De ser factible esa información debe ser llenada vía electrónica antes de que el viajero llegue a la terminal aérea.
2. En el aeropuerto
-Control de temperatura. En la entrada a la terminal aeroportuaria deberán existir puntos de control de temperatura a los viajeros. Esto determinará si una persona está en condiciones de viajar. Esto ya se está haciendo en China después de que se levantó la cuarentena en Wuhan. Hay controles de temperatura en las mangas de abordaje y en el interior de los aviones.
-Distancimiento físico. La IATA aconseja que haya una distancia entre uno y dos metros de separación. Para cumplir estos se deberá reorganizar la disposición del flujo de pasajeros en la terminal y en los puentos de control y migraciones. En el aeropuerto de Dubai ya se están adoptando medidas de distanciamiento.
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-Protección. Aunque esto ya se ha adoptado, la IATA aconseja el uso de mascarillas para los viajeros y equipo de protección para las tripulaciones de las aerolíneas y empleados aeroportuarios. American Airlines, por ejemplo, exigirá desde el 11 de mayo tapabocas en sus vuelos.
-Limpieza. IATA recomienda que aeropuertos y gobiernos coordinen esfuerzos para asegurar que los equipos e infraestructura sean desinfectados con frecuencia.
-Test. La IATA recomienda el uso de test rápidos y confiables, que podrían ser aplicados en las entradas a los aeropuertos.
-Pasaporte de inmunidad. Un pasajero que estuvo contagiado de COVID-19 puede ser exonerado de algunas medidas de control si documenta que superó el virus.
-Check-in. Los pasajeros deberán completar la mayor parte de la proceso de check-in antes de llegar al aeropuerto y podrán embarcar mostrando los tickets en sus dispositivos móviles o impresos en el hogar.
-Despacho de equipaje. El personal de las aerolíneas deberá guiar a los pasajeros para que puedan despachar ellos mismos su equipaje, minimizando la interacción humana y la manipulación de objetos.
-Embarque. Será necesario un proceso ordenado que asegure el distanciamiento físico. Para eso se deberán revisar los mecanismos actuales y, posiblemente, rediseñar los espacios junto a las puertas de embarque.
3. Durante el vuelo
Según IATA, el riesgo de transmisión de COVID-19 de un pasajero a otro durante un vuelo es muy bajo por la disposición de los asientos, el uso de filtros HEPA y la dirección del flujo de aire a bordo. Como protección adicional, recomienda el uso de máscaras faciales para los pasajeros. Considera que no será necesario sumar el distanciamiento físico a bordo que implicaría, por ejemplo, dejar asientos libres.
La tripulación de cabina también ajustará sus protocolos (la forma de servir alimentos y bebidas, entre otras cosas) y ofrecerá toallitas desinfectantes a los pasajeros para limpiar sus espacios.
4. En el aeropuerto de destino
-Desembarque. Al descender del avión se controlará la temperatura de los pasajeros con personal capacitado, que pueda lidiar con la posibilidad de un pasajero enfermo.
-Control de fronteras y aduanas. Los gobiernos deberán considerar opciones electrónicas de declaraciones juradas (aplicaciones móviles y códigos QR) para minimizar el contacto de persona a persona. Se sugiere que los gobiernos “simplifiquen las formalidades del control fronterizo” para reemplazar procesos físicos por otros virtuales (lectura del pasaporte, reconocimiento facial, etcétera). Además, se deberá reconfigurar la disposición de los carriles y entrenar a los agentes para detectar signos de pasajeros infectados.
-Recolección de equipaje. Se deben hacer todos los esfuerzos para proporcionar un servicio rápido y asegurar que los pasajeros no estén obligados a esperar demasiado tiempo en el área de reclamo de equipaje y puedan mantener la distancia.
-Pasajeros en tránsito. La cooperación entre países será clave para poder tomar como válidas las instancias de control realizadas en el aeropuerto de origen y evitar repetirlas íntegramente en las escalas subsiguientes.
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