Los vuelos a las islas Galápagos se realizan en Airbus A319 y A320. La mayor parte de las tres aerolíneas que vuelan a ese destino lo hacen entre las 09:00 y 13:00.
El 70% de los pasajeros vuela a la isla Santa Cruz (Puerto Ayora), que está en el centro del archipiélago. Nosotros tomamos un vuelo de Latam en este nuevo viaje a Galápagos.
Volvimos al año a este destino. Nos tocó un A319. Recogimos ventana para disfrutar del despegue de Guayaquil y el aterrizaje en Baltra, la isla donde aterrizan los vuelos para llegar a Santa Cruz. Escoger ventana es una buena opción si quieres ver las turquesas aguas del archipiélago al llegar y salir.
El vuelo estaba previsto para las 11:05 de Guayaquil. Embarcó puntual y salió dentro del rango previsto. Y aunque estaba lloviznando en Guayaquil ese no fue un impedimento para salir. Por lo general, aún en invierno, los vuelos no suelen suspenderse en la ciudad.
Los aviones que cubren la ruta a Galápagos, pese a que el trayecto dura dos horas, no tienen pantallas de entretenimiento. En el caso de Latam hay que bajarse la aplicación móvil si se quiere tener del servicio de entretenimiento a bordo.
A diferencia de la última vez que volamos a Galápagos, Latam ya no da los snacks como parte de su tarifa. Ahora cobra el catering dentro de algo que llama Mercado Latam. Lo único gratis en esa ruta es el vaso con agua. Sí, si sólo agua.
Si alguien tiene apetito debe pagar. Dentro del catálogo de venta de productos, lo más económico cuesta $ 1,50: una funda de chifles o una gaseosa pequeña. Los pagos se los hace con tarjeta de crédito.
Como es un vuelo de dos horas, lo bueno es que los sánduches se los puede pedir calientes. En vuelos de corta duración no hay esa alternativa.
Los A319 de Latam tienen espacios cómodos entre las piernas. Los asientos se podría decir que también guardan cierta comodidad, pues son algo anchos. Diría que hasta un poco mejores que el A330 que usaba Tame para volar a Nueva York.
En esos vuelos, Latam vende ciertos espacios para salir un poco más rápido del avión al aterrizar. Pero en realidad no vale la pena comprar un asiento sólo por esa opción. En Baltra, los desembarques se hacen aún con escaleras, es decir, que se puede salir por la puerta delantera o posterior. Y las salidas son rápidas. Porque no hay mangas para evacuar del avión.
Dependiendo de la llegada del vuelo, la salida del aeropuerto suele ser ágil. Hay que hacer fila para pasar por counter y pagar el ingreso al Parque Nacional Galápagos.
Las maletas además pasar por escáner para determinar si un pasajero está ingresando algún producto no permitido en Galápagos. De hecho, las autoridades pueden abrir el equipaje y hacer una revisión manual.
Te puede interesar
Galápagos en 100 preguntas
Tortuga Bay, la famosa playa de Galápagos
No hay comentarios:
Publicar un comentario