15.1.19

Tortuga Bay, la mejor playa de Ecuador


Durante los últimos 15 años he recorrido la mayoría de las 30 principales playas  de la costa ecuatoriana. Desde Jambelí, en la sureña provincia de El Oro, hasta la trilogía de Same, Súa y Atacames en Esmeraldas, en el norte de Ecuador.
En la lista estaba pendiente Tortuga Bay, la famosa playa de  las islas Galápagos que encanta a los visitantes.










Me habían atrapado comentarios y fotos de turistas que pasaron por allí y que quedaron alucinados por el color de sus aguas, de su arena, por la diversidad que la rodea. 

En marzo del 2017, Tripadvisor elevó su reputación al ponerla en una lista de las 25 mejores playas del mundo por comentarios hechos por turistas. Ese año enlistamos esa playa dentro de un viaje planeado a Santa Cruz, la isla más visitada del Archipiélago.
La agendamos para visitarla una mañana de sábado. Y aunque había la  opción de tomar un bote desde el malecón de la isla Santa Cruz por 20 dólares  para llegar a Tortuga Bay, escogimos la alternativa de ir a pie, por un sendero adoquinado y bien señalizado. En este 2019 la hemos vuelto a visitar, un domingo de invierno.






2,5 km de caminata

Como estaba alojado en una hostal de la avenida Baltra, a una cuadra del Malecón, ir hacia el sendero fue descomplicado, pues se encuentra a pocas cuadras (1 km del pueblo).
Desde el malecón toma 10 minutos llegar al inicio del sendero  que conduce a Tortuga Bay, llamada así porque es zona de anidación de tortugas.
 El acceso a ese sendero de 2,5 kilómetros no cuesta, pero el Parque Nacional Galápagos (PNG) registra el nombre de los que entran. En ese punto venden aguas y gaseosas, que convienen comprar porque en Tortuga Bay no hay ningún puesto de venta. 




Una caminata tranquila, contemplando las opuntias (cactus) gigantes que hay en el camino y la variedad de aves que pululan puede tomar una hora. No hacen falta los binoculares. Uno encuentra decenas de especies de pájaros volando o posando cerca del sendero. Un avistamiento de aves único, al paso. Como es un sendero con subidas y bajadas hay un paradero al filo del camino para tomar un descanso.




La primera escena turquesa


El final de ese sendero -después de 40 minutos de caminata- lleva a un escenario natural, paradisiaco, de  aguas turquesas y arena blanca. 

Varios kilómetros de arena blanca donde no hay  edificios en el paisaje ni filas de parasoles o vendedores de comida como en otros balnearios. No es Cancún ni Miami. Es pura playa virgen.
Entre las piedras y la zona de mangle descansan decenas de iguanas marinas y juguetones cangrejos.
Es  una playa al natural, en la que el cielo se vuelve de un azul intenso en ciertos momentos. De esos que parecen trabajados en los filtros de Instagram.
 Ese primer tramo se conoce como Playa Brava por sus agitadas aguas. Sirve como espacio ideal para los surfistas. La primera vez que  fui vi cómo una decena de surfistas llegaban con sus tablas y de inmediato surcaban por las olas de esa playa. Hasta un argentino caminaba con su tabla y su pequeña hija por el sendero.

En esta segunda visita observé dos lobos marinos cerca de esa playa, en la que merodean iguanas marinas en medio de la blanca arena. Ellas se prestan a darle un toque único a esta playa. 




Segundo escenario natural




La zona permitida para los bañistas está hacia el norte de playas Brava, en un brazo de mar rodeado de opuntias y manglares. El Parque Nacional Galápagos lo llama playa Mansa.
 

A ese lugar se llega bordeando la blanca arena de playa Brava. La encantadora suavidad y tono de esos granos  vuelven placenteros esos otros diez minutos que toma llegar (descalzo) a esa playa.
Tampoco allí hay parasoles y quioscos. Algunos árboles  sirven de parasol a los turistas, que echados sobre la arena disfrutan de largas siestas o contemplaciones del agua que a veces se la puede ver de tono oliva, turquesa o azulada. 







 Unos nadan con mascarillas de snorkel para tratar de ver la biodiversidad que habita en esas aguas cristalinas. Es fácil en una mañana ver pasar entre los bañistas pequeños tiburones o tortugas marinas nadando cerca de la orilla. Fui testigo de eso durante las tres horas que pasé allí la primera vez. 
En este segundo viaje unos piqueros patas azules tomaban un descanso entre las opuntias que están en una zona rocosa, que hacen único ese pedazo de mar.
Las embarcaciones que llegan a esa playa desembarcan y recogen pasajeros por esa área. Hay un pequeño sendero entre esos cactus desde el que se puede tener una panorámica de la playa. Si alguien llegó caminando tiene la opción de coger ese bote por  10 dólares y bordear la Bahía hasta llegar al Malecón de Puerto Ayora. 



La tranquilidad de esa playa permite a los principiantes hacer paseos en Kayak y recorrer parte de la bahía para visualizar las especies que coexisten en ese rincón galapagueño.
Después de conocerla no me quedó duda del por qué esa playa encanta a quienes la exploran y la han puesto entre sus sitios predilectos. 





Recomendaciones

-Es aconsejable llevar zapatos cómodos para el trayecto a Tortuga Bay.

-Como no hay venta de bebidas y comida es recomendable llevar unos snacks para las horas que se planean estar allí.





-En playa Mansa hay embarcaciones para la práctica de Kayak.

-Si se desea hacer buenas fotos con los animales de la zona es mejor llevar un buen celular o cámara, pues los visitantes deben estar a dos metros de las especies.

-El horario de acceso a Tortuga Bay es de 06:00 a 17:00. No se paga entrada.



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