China tiene sus propias aerolíneas. Unas tienen rutas internacionales, mientras que otras operan en su propio territorio, que de por sí enorme.
Un vuelo doméstico puede tomar más de dos horas de viaje. Así, por ejemplo, un viaje desde la sureña ciudad de Shenzhen puede durar casi hora y media hacia la industrial Hangzhou.
Las aerolíneas chinas trabajan principalmente con flotas Boeing y Airbus. Unas incluso tienen flotas combinadas en diferentes destinos.
Una mañana de noviembre tomamos un vuelo de Shenzhen Airlines, una empresa que tiene base en esta ciudad que posee un enorme y moderno aeropuerto en forma de avión. Es un aeropuerto que impresiona desde su ingreso por sus líneas arquitectónicas. Su interior tiene tiendas chinas y de marcas globales, de lujo. Desde allí volamos a Hangzhou, que tiene un aeropuerto grande, pero no ostentoso como Shenzhen.
Los exigentes controles
No importa si el vuelo es doméstico o internacional, las autoridades chinas siguen estrictos protocolos de seguridad al entrar al aeropuerto y antes de embarcar al avión.
Sin alguien está de apuro, pues deberá esperar para entrar en grupos al aeropuerto de Shenzhen. Ni te aventures a correr. Los agentes hacen entrar a los viajeros de a poco, aunque no haya mucha gente en el interior.
Incluso se podría decir que el proceso es un poco más riguroso que en EE.UU. Ya en el interior, ante de pasar a las salas de embarque, a más de pasar por el escaneo corporal, la seguridad china hace chequeo físico a cada pasajero.
Tantean minusiosamente en busca de algo que pueda representar un riesgo al vuelo.
En los counter, antes de embarcar, al avión se hace una primera revisión del pase de a bordo. No contento con eso hay otro control en la puerta del avión. Un oficial revisa el tiquete de la persona antes de entrar al avión.
Los niños indican las normas
Entretenimiento
Los aviones en vuelo doméstico no tienen asientos con pantalla individual de entretenimiento. Las pantallas se desplazan del techado.
En ellas, durante los viajes se proyectan cápsulas de programas de humor, un humor visual que no se necesita traductor. Las skecths que vimos el día que nos tocó volar eran de un programa canadiense. Algo que es una ventaja para los viajeros occidentales.
El servicio abordo en vuelos domésticos se reparte en cajitas que tienen diseños chinos o infantiles. De mañana o de tarde se reparten snacks como maní, un guineo y galletas. Los sobrecargos lo sirven con agua o una bebida. No se vende comida adicional.
Las azafatas hablan preferentemente en mandarín. En ese idioma hablan cada vez que necesitan comunicar algo.
Shenzhen Airlines tiene su propia revista. Pero su contenido está en mandarín. Apenas unos artículos están traducidos al inglés. Así que es mejor llevar un libro para el viaje.
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Shenzhen, el Silicon Valley de China que atrajo a ecuatorianos
Un vuelo doméstico puede tomar más de dos horas de viaje. Así, por ejemplo, un viaje desde la sureña ciudad de Shenzhen puede durar casi hora y media hacia la industrial Hangzhou.
Las aerolíneas chinas trabajan principalmente con flotas Boeing y Airbus. Unas incluso tienen flotas combinadas en diferentes destinos.
Una mañana de noviembre tomamos un vuelo de Shenzhen Airlines, una empresa que tiene base en esta ciudad que posee un enorme y moderno aeropuerto en forma de avión. Es un aeropuerto que impresiona desde su ingreso por sus líneas arquitectónicas. Su interior tiene tiendas chinas y de marcas globales, de lujo. Desde allí volamos a Hangzhou, que tiene un aeropuerto grande, pero no ostentoso como Shenzhen.
Los exigentes controles
No importa si el vuelo es doméstico o internacional, las autoridades chinas siguen estrictos protocolos de seguridad al entrar al aeropuerto y antes de embarcar al avión.
Sin alguien está de apuro, pues deberá esperar para entrar en grupos al aeropuerto de Shenzhen. Ni te aventures a correr. Los agentes hacen entrar a los viajeros de a poco, aunque no haya mucha gente en el interior.
Incluso se podría decir que el proceso es un poco más riguroso que en EE.UU. Ya en el interior, ante de pasar a las salas de embarque, a más de pasar por el escaneo corporal, la seguridad china hace chequeo físico a cada pasajero.
En los counter, antes de embarcar, al avión se hace una primera revisión del pase de a bordo. No contento con eso hay otro control en la puerta del avión. Un oficial revisa el tiquete de la persona antes de entrar al avión.
Los niños indican las normas
Las aerolíneas hoy tienen diferentes formas de mostrar las medidas de seguridad en los vuelos para dejar atrás los días en los que las azafatas se paraban en los pasillos para dar las instrucciones. Shenzhen Airilines usa a niños asiáticos vestidos de capitanes y azafatas para dar las explicaciones de una manera graciosa en sus monitores.
Entretenimiento
Los aviones en vuelo doméstico no tienen asientos con pantalla individual de entretenimiento. Las pantallas se desplazan del techado.
En ellas, durante los viajes se proyectan cápsulas de programas de humor, un humor visual que no se necesita traductor. Las skecths que vimos el día que nos tocó volar eran de un programa canadiense. Algo que es una ventaja para los viajeros occidentales.
El servicio abordo en vuelos domésticos se reparte en cajitas que tienen diseños chinos o infantiles. De mañana o de tarde se reparten snacks como maní, un guineo y galletas. Los sobrecargos lo sirven con agua o una bebida. No se vende comida adicional.
Las azafatas hablan preferentemente en mandarín. En ese idioma hablan cada vez que necesitan comunicar algo.
Shenzhen Airlines tiene su propia revista. Pero su contenido está en mandarín. Apenas unos artículos están traducidos al inglés. Así que es mejor llevar un libro para el viaje.
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