Cada semana en la red social Instagram aparecen más de un centenar de fotos familiares, entre amigos o selfis individuales que se postean con el hashtag de Puerto Santa Ana, The Point o Ciudad del Río.
La mayor parte son fotos nocturnas, con los reflejos de las luces de los modernos edificios de la zona, de frente al río o disfrutando de una comida en alguno de
los once restaurantes del sector, cuya variedad va desde la comida criolla hasta la japonesa.
Es un sitio que va agarrando movimiento en Guayaquil y al que cada fin de semana ingresan más visitantes. Desde las 16:00, el flujo de peatones aumenta en ese sector, aprovechando la fresca brisa de las tardes y noches porteñas.
La conexión que existe desde Las Peñas hasta Puerto Santa Ana, muy cercana al río Guayas, anima a los visitantes a
avanzar hacia ese punto moderno de la ciudad o comenzar el recorrido desde allí hasta el tradicional barrio.
Los más jóvenes agarran sus celulares y buscan componer allí una foto creativa junto al edificio contorneado iluminado de luces led por las noches. Hay quienes intentan hacer fotos como si tuvieran en
las manos el edificio o formando con ellas figuras que atrapan en su interior
el inmueble.
Los más fanáticos aprovechan para
entrar al museo de Barcelona y Emelec, que está en uno de los edificios de Puerto Santa Ana, uno frente al otro, justo donde se fusiona el barrio Las Peñas con Ciudad del Río. Ambos museos atienden hasta las 18:00.
La calle Numa Pompilio Llona, la única del barrio Las Peñas, sigue atrayendo a ecuatorianos y extranjeros. En blogs de viajes de jóvenes extranjeros que han pasado por la ciudad la comparan con
Caminito de Buenos Aires o la colorida Cartagena. Es una calle de apenas 300 metros que alberga más de 30 casas históricas, con diseños arquitectónicos de inicios del siglo XX. Casas de madera que reflejan ese Guayaquil de antaño que nació en las faldas del cerro.
Del tradicional barrio Las Peñas y del Puerto Santa Ana hay cerca de 30 mil publicaciones en Instagram.
A diferencia de años anteriores, el visitante ahora puede identificar en su recorrido cada una de las viviendas, pues en las fachadas constan sus nombres, como la Casa Luzárraga que está al inicio o la Casa Durango, al final.
Aquel pequeño barrio, con 400 años de antigüedad, fue el hogar, en diferentes épocas, de once expresidentes del Ecuador. Hoy, algunas de esas casas son residenciales, galerías, cafés, o puntos de venta de bebidas tradicionales como la resbaladera.
En días festivos, como el reciente feriado, en medio de su estrecha calle empedrada, hasta vendedores de espumilla, canguil y algodón de azúcar se deslizan para generar algo de ventas.
Un grupo de artesanos ocupa una casa, al inicio de la Pompilio Llona, con trabajos que se expenden desde un dólar y que algunos muestran cómo se hacen con
las hábiles manos. Un sitio para recorrer un fin de semana.*
*Esta nota la escribí para www.eluniverso.com
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