Una fuerte tormenta eléctrica había caído sobre Guayaquil la noche del domingo de carnaval. Apenas habían pasado unas horas desde que decenas de imágenes de calles anegadas saltaron a las redes sociales.
De gente empujando carros atrapados en medio de barrios inundados y de otros mostrando cómo el agua formaba especies de cascadas en ciertas zonas de los cerros porteños.
Era la lluvia más fuerte de la temporada. Pero el día amanecía como si ese alboroto no hubiese ocurrido horas antes. Esa mañana de lunes, Guayaquil despertaba con un sol radiante. Celeste intenso. Con un resplandor que hacía nítidos los colores del cielo y las nubes.
Esa mañana volamos en un Boeing 767-300. Y desde la ventanilla de esa nave captamos con un celular ese Guayaquil que se extiende entre ramales de esteros.
1. La calle bancaria
Al despegar desde la terminal de Guayaquil lo primero que se deja ver es el norte de la ciudad. La enorme avenida Orellana destaca con los edificios que se comenzaron a levantar desde mediados de los noventa. En estos días de invierno un largo y frondoso bosque se ve desde el cielo. El pulmón verde de urbanizaciones que se asientan entre las ciudadelas Urdesa y Kennedy.
2. Los centros comerciales
A medida que el avión toma altura aparecen dos enormes estructuras comerciales en el norte: el Policentro y el San Marino, separados por un paso a desnivel, que lleva hacia Urdesa. El primero es símbolo del inicio de las compras en grandes superficies en Guayaquil y el otro, el San Marino, parte del grupo de los malls que surguieron en la década del 2000.
3. Los esteros
Los ramales de los esteros forman parte del siguiente cuadro que uno observa. Desde el firmamento uno puede ver cómo esos esteros se encuentran y se adentran entre las ciudadelas, rodeados de manglar. A los lejos se visualiza el puente zig-zag sobre el estero y las edificaciones de la Universidad Católica de Guayaquil.
4. Casitas cientos de casitas
El oeste de Guayaquil parece una maqueta de lego. Con miles de casas de construcción mixta extendiéndose al sur, entre un largo brazo de Estero. Allí, me medio de esa mar de casas, está el estadio Monumental. A lo lejos se ve ese amarillo intenso decorado con rojo.
5. La trini y la vía a la costa
La isla Trinitaria es la expansión del Guayaquil popular. Creada a base de relleno. De relleno extraído del dragado. Esa parte de Guayaquil se puede ver desde los vuelos que toman el oeste. La vía perimetral y sus puentes que unen el norte y sur se dejan ver. La zona pudiente de Puerto Azul y sus muelles de yates también forman parte de ese paisaje.
Te puede interesar:
Fort Lauderdale destrona a Miami con más vuelos
El aeropuerto de Guayaquil permanecerá en la ciudad hasta el 2029
De gente empujando carros atrapados en medio de barrios inundados y de otros mostrando cómo el agua formaba especies de cascadas en ciertas zonas de los cerros porteños.
Era la lluvia más fuerte de la temporada. Pero el día amanecía como si ese alboroto no hubiese ocurrido horas antes. Esa mañana de lunes, Guayaquil despertaba con un sol radiante. Celeste intenso. Con un resplandor que hacía nítidos los colores del cielo y las nubes.
Esa mañana volamos en un Boeing 767-300. Y desde la ventanilla de esa nave captamos con un celular ese Guayaquil que se extiende entre ramales de esteros.
1. La calle bancaria
Al despegar desde la terminal de Guayaquil lo primero que se deja ver es el norte de la ciudad. La enorme avenida Orellana destaca con los edificios que se comenzaron a levantar desde mediados de los noventa. En estos días de invierno un largo y frondoso bosque se ve desde el cielo. El pulmón verde de urbanizaciones que se asientan entre las ciudadelas Urdesa y Kennedy.
2. Los centros comerciales
A medida que el avión toma altura aparecen dos enormes estructuras comerciales en el norte: el Policentro y el San Marino, separados por un paso a desnivel, que lleva hacia Urdesa. El primero es símbolo del inicio de las compras en grandes superficies en Guayaquil y el otro, el San Marino, parte del grupo de los malls que surguieron en la década del 2000.
3. Los esteros
Los ramales de los esteros forman parte del siguiente cuadro que uno observa. Desde el firmamento uno puede ver cómo esos esteros se encuentran y se adentran entre las ciudadelas, rodeados de manglar. A los lejos se visualiza el puente zig-zag sobre el estero y las edificaciones de la Universidad Católica de Guayaquil.
4. Casitas cientos de casitas
El oeste de Guayaquil parece una maqueta de lego. Con miles de casas de construcción mixta extendiéndose al sur, entre un largo brazo de Estero. Allí, me medio de esa mar de casas, está el estadio Monumental. A lo lejos se ve ese amarillo intenso decorado con rojo.
5. La trini y la vía a la costa
La isla Trinitaria es la expansión del Guayaquil popular. Creada a base de relleno. De relleno extraído del dragado. Esa parte de Guayaquil se puede ver desde los vuelos que toman el oeste. La vía perimetral y sus puentes que unen el norte y sur se dejan ver. La zona pudiente de Puerto Azul y sus muelles de yates también forman parte de ese paisaje.
Te puede interesar:
Fort Lauderdale destrona a Miami con más vuelos
El aeropuerto de Guayaquil permanecerá en la ciudad hasta el 2029
No hay comentarios:
Publicar un comentario