La calle céntrica 6 de Marzo, en Guayaquil, es la vitrina comercial de monigotes de papel y cartón, que por tradición se queman a fin de año. Un relato de ese Hollywood criollo de papel, que sustenta a 800 comerciantes.
La cabeza hornada de un cerdo cuelga en el tubo de una parrilla humeante. Papas, longanizas, trozos de carne de chancho y un cerro de lechuga picada rodean la parrilla.
Una joven mujer de contextura gruesa reúne con agilidad todos esos ingredientes en un plato y los lleva con premura a los comensales. El improvisado comedor está instalado en el centro de la calle. Con unos seis juegos de mesas y sillas rojas de plástico.
Los clientes saborean a vista de todos los peatones, rodeados de cientos de muñecos de papel que se expenden en la 6 de Marzo. La arteria céntrica de Guayaquil es la vitrina de los vendedores de muñecos de cartón que llegan a ofrecer sus creaciones desde diferentes sectores.
El sol está por desaparecer y la calle ha sido cerrada al tránsito vehicular. La 6 de Marzo se convierte en un mercadillo al aire libre, en un hervidero. Donde todos quieren obtener una ganancia.
Las voces de los que ofertan sus años viejos se mezcla con la de otros vendedores ambulantes que expenden jugos, manzanas acarameladas, agua, ropa, y juegos pirotécnicos.
Los monigotes que se queman a la medianoche del 31 de diciembre se comercializan desde 5 a 300 dólares. En 17 cuadras con bastante ajetreo. El regateo de la gente predomina. No hay precio fijo. Depende del cliente. De lo 'pilas' y astuto que sea para negociar.
Hay cientos de opciones y tamaños. Desde los elaborados por hábiles manos que han aprendido el oficio de los maestros de la 6 de Marzo hasta los monigotes maltrechos de novatos que intercambian moldes para sacar figuras.
Abundan los muñecos de superhéroes y personajes de películas infantiles. Como si esa calle fuese la sucursal de un Hollywood de papel. Un espacio en el que, sin embargo, los estudios cinematográficos no cobran por el uso de las licencias de sus personajes. La única tarifa fija (un dólar) es la que piden los artesanos para que los visitantes se hagan una fotografía con los muñecos más grandes y mejor confeccionados de Hulk, el Capitán América, Batman, Spiderman, Gokú y otros.
Los políticos también tiene su lugar en las aceras de la 6 de Marzo, aunque en menor proporción frente a años pasados. Cuando la gente se inclinaba más por quemar personajes que representaran lo malo de un año. 'Ahora más salida tienen los años viejos de películas y jugadores de fútbol', dice un vendedor.
Y allí está la apuesta. Un grueso de la oferta está relacionada al campeonato de Barcelona, el equipo de fútbol más popular de Ecuador. El futbolista uruguayo Jonatan Álvez está entre los más demandados junto a Ronaldinho, el exastro brasileño que este año vistió la camiseta amarilla para un partido amistoso. Los enormes dientes del brasileño se destacan entre los monigotes. Los precios de esos jugadores van desde los 40 dólares.
Comerciantes más osados han elaborado figuras que aluden a una exjueza que protagonizó un escándalo por supuestamente no pagar la cuenta en un restaurante exclusivo y que luego tuvo un altercado con los policías que la retuvieron en Guayaquil. Los monigotes de ella se venden desde 25 dólares. Una artesana incluso ofrece el monigote con peluca sintética y marcos de lentes por 45 dólares.
Todo parece estar permitido para vender, para diferenciarse en algo en medio de una voraz competencia. Una competencia que en la 6 de Marzo la alimentan unos 800 comerciantes.
No hay una cifra exacta de cúanto mueve el negocio de los años viejos. Sin embargo, hay quienes refieren que podría generar unos 3 millones de dólares en Guayaquil considerando el precio promedio de 10 dólares por unidad. En el cálculo se toma en cuenta un potencial mercado de 300 mil familias.
Un mercado que ha ido en ascenso estos años debido a que gran parte de las familias han dejado de elaborar los años viejos en las casas y prefieren comprarlo en la 6 de Marzo o micromercados instalados en otros puntos de Guayaquil.
Datos
-La quema de monigotes o años viejos de papel es una tradición de fin de año que se mantiene en Ecuador. Hay estudios que indican que proviene de una tradición española.
-Hasta la década pasada abundaban los vendedores de caretas para monigotes. El número de artesanos que las fabricaban ha descendido ante los cambios de hábitos de los ecuatorianos, que ahora optan por comprar monigotes entreros.
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