Un grupo de turistas extranjeros llega a la sala de exhibición tras recorrer un sendero. Ya han fotografiado a decenas de tortugas pequeñas que están en los corrales como parte del programa de reproducción del Centro de Crianza Fausto Llerena, en Puerto Ayora (Santa Cruz), la isla más visitada de Galápagos.
También han escuchado con asombro la historia de Diego, la tortuga de la especie Chelonoidis hoodensis que ayudó a la repoblación de la isla Española. A este ejemplar con más de 100 años, que está en ese centro compartiendo aposentos con varias hembras, se le endosa la paternidad de más de 800 crías obtenidas en cautiverio. Sí, 800.
Y aunque el legado de Diego se muestra con una gran fotografía en uno de los senderos, ese grupo de turistas ha escuchado más del Solitario George, la última tortuga de la isla Pinta que murió el 25 de junio del 2012. George vivió en el Centro de Crianza, que justamente lleva el nombre de la persona que lo cuidó por años.
El emblemático animal embalsamado se exhibe en ese centro desde febrero del 2017 cuando arribó de Nueva York. Allá un experto taxidermista intentó perpetuarlo, con su cuello erguido y sus patas alargadas. Una pose lista para la fotografía.
Seis minutos para ver a George
Datos de la Dirección del Parque Nacional Galápagos refieren que desde que se abrió la exhibición en la nueva casa de George, 31.598 personas han podido observar la tortuga embalsamada y recorrer la Ruta de la Tortuga.
De esos visitantes, 23.406 han sido extranjeros (74%) y 8.192 nacionales ( 26%).
De esos visitantes, 23.406 han sido extranjeros (74%) y 8.192 nacionales ( 26%).
Para entrar a la sala, aclimatada especialmente para mantener en buen estado el cuerpo de George, los visitantes acceden en grupo de diez. Los turistas alistan sus cámaras con lentes profesionales y smarphones para captar el momento. Un guardia da unas breves instrucciones antes de levantar una cuerda para permitir el ingreso ordenado. Solo hay seis minutos para contemplarlo y fotografiarlo, sin disparos con flash.
Otro guardaparque se encarga de recibir al visitante al abrir las puertas que conducen a la sala especial, que forma parte de la Ruta de las Tortugas.
George está allí, solitario, detrás de una urna de cristal en forma romboide, que permite el ingreso de luz natural, pero que a la vez lo protege de los rayos ultravioletas. Letreros de papel pegados en las esquinas advierten que no hay que tocar la urna para evitar algún daño de ese bien patrimonial.
George está allí, solitario, detrás de una urna de cristal en forma romboide, que permite el ingreso de luz natural, pero que a la vez lo protege de los rayos ultravioletas. Letreros de papel pegados en las esquinas advierten que no hay que tocar la urna para evitar algún daño de ese bien patrimonial.
El rostro de los turistas vestidos con trajes de exploración refleja entusiasmo por el momento. Las fotos se permiten hacer a unos pasos. Los seis minutos de contemplación se mezclan con selfies y fotos desde diferentes ángulos. Son minutos en los que todos quieren llevarse una fotografía con George que, aún después de muerto, sigue siendo esa estrella que fue cosechando su fama desde la década del setenta, cuando llegó a ese centro, como el último ejemplar de la especie Geochelone nigra.
Datos
-El Centro de Crianza Fausto Llerena está a unos 10 minutos de la zona poblada de Puerto Ayora, en la isla Santa Cruz. El ingreso no tiene costo.
-A más de George disecado, el centro tiene corrales con ejemplares que se crían en cautiverio. A lo largo de la caminata por los senderos hay información sobre la labor del centro, la llegada de Charles Darwin, y la importancia de la conservación.
*Esta nota la escribí para eluniverso.com.
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