2.11.18

La historia del primer vuelo por los andes ecuatorianos


El famoso piloto italiano Elia Liut había llegado a Guayaquil en 1920. Su intención en Ecuador era inaugurar una escuela de aviación. Pero sus planes iniciales no habían funcionado porque el Gobierno de turno descartó la propuesta que un emisario de Liut expuso antes de su llegada. 





El dueño del diario El Telégrafo, que en esa época era el más grande de Guayaquil,  había mostrado interés en el trabajo de Liut.  La familia dueña de ese matutino había adquirido un Macchi Hanriot D, bautizado como El Telégrafo I. Así que a la llegada de Liut, el aviador comenzó a realizar una temporada en ese biplano. 



Sus demostraciones en El Telégrafo I comenzaron entre  agosto y octubre en la pista del Jockey Club, un hipódromo que quedaba en el sur de Guayaquil. Años antes, en 1913, el piloto Cosme Renella había hecho un primer vuelo demostrativo en la ciudad. Renella y Liut se conocieron en Italia. 

Liut, un intrépido aviador que había participado en la primera guerra mundial,  no estaba del todo satisfecho con las jornadas de exhibición hechas en Guayaquil. Quería explorar nuevas posibilidades. Y esa posibilidad le llegó cuando el comité de festejos del Centenario de la Independencia de Cuenca vino a Guayaquil y le propuso hacer una exhibiciones en la capital azuaya.




La intención era desarmar El Telégrafo I y llevarlo a esa ciudad. Liut no estaba de acuerdo con esa idea. Su propósito era hacer una hazaña: cruzar por primera vez los Andes, volando entre Guayaquil y Cuenca. 

El primer intento fue el 3 de noviembre, el día en que Cuenca festejaba su centenario de Independencia.  Mucha gente se  congregó en los graderíos del Jockey Club. Liut iba llevando un valija,  ejemplares de diario El Telégrafo y volantes con un saludo a Cuenca.  

El clima, sin embargo, jugó una mala pasada y Liut debió regresar. 

Al día siguiente lo volvió a intentar saliendo nuevamente de la pista del Jockey Club en el Telégrafo I. Su despedida fue más reservada, menos efusiva. A las 09:35. 

El aeroplano fue avistado a las 11:25 en Cuenca y 20 minutos después aterrizó en el campo de Jericó. Este hito en la aviación está registrado en un museo de Cuenca, con una réplica a escala del avión.




Liut contó después que en el trayecto divisó un cóndor cerca de la nave, que iba a unos 4.500 metros de altura. 

A su llegada a Cuenca, Liut fue ovacionado en las calles como un héroe y fue llamado el cóndor andino.


Fotos: Archivo histórico-Museo Aeronáutico.


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