6.2.18

Las dos caras de Guayaquil vistas desde la noria La Perla

¿De mañana o de noche? ¿Qué momento es preciso para disfrutar Guayaquil desde  La Perla? "A 57 metros cualquier hora puede ser ideal si no han tenido la oportunidad de contemplar Guayaquil a esa altura", respondió un hombre a unos jóvenes que emocionados hacían fila para subir a la gigante rueda montada en el norte del malecón de Guayaquil. 




Es una sensación distinta. Diferente a la que se vive cuando se ve la ciudad de manera estática desde el cerro Santa Ana, que hasta octubre del 2016 era el mirador más alto a orillas del Malecón.
 La Perla va rotando durante doce minutos en sentido contrario a las manecillas del reloj. Despacio. Dejando ver esos dos kilómetros del malecón, el centro, la magnitud del río Guayas y el verdor de la  isla Santay.
La primera vuelta emociona, atrapa, al punto que se quiere captar todo con el celular.  Y claro, ese intento por la foto puede a muchos haber privado de disfrutar apaciblemente  el giro. Por eso he escuchado a varias personas comentar que han subido más de una ocasión a esa atracción. Para palpar tranquilos esos detalles de la ciudad cobijada por el gran río.



El edificio El Fortín y el Cinemalecón

El ala norte del Malecón por la noche


Tres meses después de su inauguración, la rueda gigante -promocionada como la más grande de Sudamérica- había recibido más de 290 mil visitantes, el equivalente al 10% de la población de Guayaquil. El Cabildo recibió 120 mil dólares en dos meses por el canon de ese negocio. Es decir, que si al Municipio le toca el 10%, la noria habría generado en ese lapso más de 1,2 millones de dólares.
La gente ha optado por visitarla más los fines de semana, en familia (aunque el precio entre semana es inferior $ 3,50).
Por dos ocasiones he tenido la oportunidad de subirme a este  mirador rotante. La primera fue la noche de la inauguración. Pero la mejor hora que he disfrutado de la vuelta ha sido en el atardecer de un día soleado. Entre 18:45 y 19:00. Es un momento para lograr una foto pintoresca de la ciudad. De ese instante cuando se encienden las luces del cerro Santa Ana  y el sol se va ocultando lentamente entre los edificios. 



El cerro Santa Ana a las 18:45

A esa hora también es factible observar al barco Morgan navegando con turistas por el norte del río Guayas. Y el esplendor de la isla Santay y sus dos puentes peatonales que se conectan con Guayaquil. Con las luces que se encienden a partir de las 18:30.
Claro, hay que ir con un smartphone que pueda capturar esos matices y un zoom que no distorsione el paisaje. Con unos buenos pixeles. (Las fotos que he captado han sido con un celular).
 Un truco es pegar la lente del aparato  a la pared de la cabina para que el reflejo se vea lo menos posible en la foto.



Los dos kilómetros del Malecón desde La Perla

A partir de las 19:00 se captura otro escenario. Más que detalles de la ciudad, se contemplan cientos de  luces regadas detrás del río. Eso puede entretener a muchos. A otros desilusionar si quieren hacer una foto con un celular de baja resolución.
Desde la zona norte del Malecón se puede divisar cómo esas calles alumbradas se pierden desde el centro al suburbio y el norte.  Con decenas de vehículos que a esa altura parecen carros de juguete circulando por una pista amarilla.



El barco Morgan navegando por el norte

Una desventaja de la noche es que no se puede contemplar a plenitud la majestuosidad y el verdor de la isla Santay. Ni el colorido de las casas de Las Peñas, que se aprecian con la luz natural. Eso sí, las luces de ese cerrito alumbrando le dan un toque nostálgico. Con un pedazo del edificio The Point sobresaliendo detrás del cerro. Cambiando de colores por las luces led que lo rodean. 

Datos
-La noria tiene diferentes tarifas, que se cobran dependiendo del día.

-Esta atracción cuenta con un sitio web  para comprar entradas.



*Las fotos fueron captadas con un celular.

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